BITÁCORA DE LAURA DEL MAR.

Poemas y cartas; náufragos y sirenas.

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REINA DE LA MAR...


Reina de la mar...

Recorriendo playas de la alta Guajira
las mismas que un día me vieron crecer
he pasado horas contemplando ida
sintiendo la arena golpear mi cuerpo,
escuchando atenta el rumor de olas
recogiendo conchas, trozos de coral,
he sentido aliento de escribir mis versos
rindiendo homenaje a quien fue mi Padre...

Un día mi viejo tomando mi mano
historias contaba de mares y naves,
de seres inmensos como las montañas
de cánticos bellos que entonan sirenas,
de distancias grandes en el horizonte
de marinos tristes que cruzan las aguas,
de navíos llenos de harina o ropajes
y hablaba de amores dejados en puertos
a mujeres bellas llenas de ilusiones,
así confirmaba versos nerudianos
"que los marineros besan y se van..."

Era muy pequeña, soñadora niña
entre sus palabras siempre me perdía,
soñaba y soñaba con los siete mares
y en una barcaza era yo la reina
y no era un príncipe a caballo blanco
era en una nave rompiendo las olas
que siempre llegaba el marinero azul.

Una de esas tardes de charlas e historias
mi padre sentía su vida partir,
ni cuenta me daba que ya se me iba
la mar me tenía entre sus olajes
allí construyendo mis sueños de niña,
y no eran castillos, ni corcéles raudos,
mis ojos mezclados con agua marina
seguían buscando por si aparecía,
aquel marinero que fuera un pirata
llegara en su barco tomara mi vida
y lejos me llevara cruzando la mar.

Mientras yo soñaba mi Padre moría...
un grito de angustia que formó sunamis
salió de sus labios y me dijo así:
¡Tu eres mi niña... mi Laura del mar...!

Y así yo me firmo desde aquel entonces
llevando en mis ojos el color del mar,
en mi sangre arde la raza guajira
en mi piel recojo herencias perdidas
y un hoyuelo parte mi mentón en dos.
Llevo en mi cabello la canción bendita
de aquella sirena que perdió ilusiones;
hoy supe que tengo un tío poeta
que partió dejando inmortal sus letras
y siento en mi adentro gusto y alegría
de saber que un día heredé mil cosas
que nada a otros valen y colman mis arcas,
que siento que sí, puedo ser poeta
a pesar que tengo la musa perdida.

Y esta es una historia, jamás poesía
sólo deseaba dejar mi constancia
que seguiré siendo de la mar la reina
aunque el marinero un día embarcó...
naufragó en uno de los siete mares
y aquellos mis sueños...
con él se llevó...

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