BITÁCORA DE LAURA DEL MAR.

Poemas y cartas; náufragos y sirenas.

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BITÁCORA DEL NAVEGANTE. (Cartas)

Mi viaje a los 50s...

Inspirado en las huellas de mis pasos en la arena... en mi rostro... ¡en mi cuerpo...!

No se como decirlo... nada fácil
escribir sobre mis pasos...

Hoy me detuve a meditar sobre mis años, los sentí al mirar las fotos de mi nieta, los percibí al ver que mis hijos uno a uno van tomando su camino, los palpé al detener mis ojos en mi cuerpo, y las huellas que cada paso han dejado en él...

No ha sido fácil caminar por esta alameda de pasiones y de lucha. De igual manera no lo es delinear con mi pluma, estas letras de una verdad que llega rauda e implacable cual tormenta en noche de naufragio.

Es como una avalancha que de pronto se ha desatado sin anuncios, casi que sin dar tiempo a prevenciones. Y es el paso por mis 49 años de silencio, perdón y no olvido.

No es que me sienta cansada y quiera detener mi caminar... No es que sienta que nada he realizado, al contrario he logrado mucho a pesar de los fracasos, errores, equivocaciones y como algunos, (entre ellos tú) lo han dicho: "ignorancia".

Y es que mi riqueza es envidiable a pesar de que nada yo poseo, no tengo casa, ni auto, ni joyas, ni en el banco encontrarás una moneda... ¡Ah! pero eso sí, tengo las arcas de mi esperanza con sobrecupo en ilusiones, metas y proyectos.

Confieso que me desvío del tema iniciado y lo hago a propósito porque no se como decir esto que me da vueltas cual molinete desaforado y loco; sube y baja por mi pecho y recorre mi espalda girando dentro de mi vientre, descolgandose hasta la planta de mis pies, allí se queda haciendome sentir un leve cosquilleo y regresa a mis brazos, manos y ojos, para saltar a este pergamino y encontrar por fin reposo a su inquietud...

¡Me estoy acercando a mis 50...!

¡Uf! Qué fácil fue decirlo, a gritos pero decirlo. En mi cabeza asoman los hilos plateados con los que he bordado cada pétalo de mis rosas, y en mi rostro se dibuja una que otra curva del camino.

Y mi cuerpo... ¡Silencio...!

No le temo a más hebras color de luna llena, ni a las ondas que a mi playa han de encallar, no le temo al tono desafinado que amenace quebrar mi canto, ni siquiera a la visita de la parca...

Le temo a no sentarme en la estancia de tu casa y contemplar del Ocaso cada arrebol que se pierda con el viento, le temo a no estar en cada atardecer que se consuma en la caricia de tus ojos y a no escuchar la gloria de tus versos... le temo a llegar sin tu mano que me sostenga y brindarte mi brazo para que te apoyes en él...

Le temo a la sequía en medio del desierto en el que he de pasar mis días y mis noches, sin tu mano, sin tus ojos, sin el manantial de tu poesía, recogiendo las hojas de mi otoño...
Laura del mar...

Respuesta al poema ¡Oh, Laura!
l que alguna vez alguien escribió pensando en mí...

Suena la música en medio de la noche, serenata de amor que llega a mi oído y entra en mis sentidos y se queda pegada para seguir escuchándola una y otra vez... Y leo los versos de amor que el poeta deja dedicados y siento que se me corta la respiración, que se me revuelca el estómago y mil preguntas y muchos más reproches le hago al travieso chiquillo llamado amor...

No sé ni lo que siento o lo que he dejado de sentir a través del tiempo... Así deben de sentirse los rosales, cuando están abandonados, cuando han sido arrancados sin piedad y tirados por ahí... Así deben de sentirse... ellos los rosales, levantados por una mano amorosa que los vuelve a sembrar con fe y devoción, y cada noche riega sus raíces y consiente la tierra que los ayudará a retoñar.

Y me pregunto si retoñarán mis raíces maltratadas y mis tallos se extenderán, y si mis rosas renacerán... Y me pregunto si... me pregunto... mil cosas y no quiero más pensar, mejor cierro mi libro y... siento la noche pasar... y busco el sonido de los pasos del sereno y su pitar... Y el trio no deja de cantar y yo... Siento que muero una y otra vez, mientras mi rosal reclama retoñar... ¡Retoñar...!

Me siento triste, y no derramo el jugo sagrado de mis ojos, recuerdo que me había prometido jamás llorar... Pero es tan hermoso lo que escucho y es tan sentido lo que leo, que empiezo a divagar y siento que me falta el aire una vez más y no puedo dejar de pensar en lo que no debo pensar y en quien jamás quiero volver a llorar y se me hace un trancón acá en mi pecho y la música que no desea detener su girar una y otra vez... ¡OH Laura!

Lloro en silencio... En un llanto seco que no dejo rodar, porque he prometido no volver a llorar... Dejo a mi corazón escapar y lo encuentro entregado a danzar, mientras el trío continúa cantando deliciosas frases de amor. Y allí está mi corazón, mirándome con ojos de perro azul, suplicándo suelte los lazos que lo atan a esta soledad.

¡No! Mis rosales nunca más los dejaré volver a retoñar... Recuerdo que las rosas por hermosas y lozanas, tienen en sus tallos espinas duras y punzantes... No hay retoño de rosales... Tal ves margaritas o lirios o corales...

Cierro mi libro y me retiro en silencio... Siento el llanto de mi corazón... Llanto seco que remoja mis rosales...


CONFESIONES DE MUJER.
No hay poesía... es el aroma de mi vida...

Once de la noche de un día largo, largo... demasiado largo para vivirlo en soledad... la noche me llama hacia el balcón, el aroma que llega me toma de la mano y dice: ¡Ven...!

Allí está él, mirándome sin curiosidad, sin preguntas, sin respuestas y puedo decir que hasta sin pasión. Antes de mirarlo siento su perfume saludarme en silencio, sin palabras, sin manos, sin besos, solo con el aliento que me exhala sobre el rostro y que se prende y aferra al alma... en el recuerdo que me restrega por la piel, por el cabello. Mi saliva toma su sabor, mis ojos su color y mi sangre hierve cual lava de volcán tan solo con ese olor que esparce por mi calle.

¡Que cruel es! Desfila ante mí cual pavo real, parece sentirse feliz al saber que me tortura, así, en esa lluvia de recuerdos que se desata y baña todo lo que se pueda llamar: ¡Laura!

Empapada de imágenes, sonrisas, besos y aromas, regreso a mi sillón aparentando que solo salí a observar una noche más de cada una de las noches de mi barrio.

Parece que él tiene una misión o talvés tambien siente soledad, me persigue, se cuela por la puerta, las ventanas, llega hasta cada una de mis cosas, de mi ropa, de mis libros... es tan atrevido... ha llegado hasta mi lecho. ¡No me deja! Quiero huir... no lo deseo a mi lado, ¡ya no más! Quiero que desaparezca de mi vida. Pero él no se detiene...

Es el aroma que me entrega "el caballero de la noche", el mismo que arrulló nuestras caminatas cuando nos tomabamos de la mano, camino al supermercado o a nuestro restaurante favorito... ¡Cómo nos ha cambiado la vida...! Entonces éramos uno en dos... El aroma de nuestro árbol me entrega magia así como la luna me baña de su luz y de tí...
Soy Laura del mar,
la mujer que entrega...
sin recibir...


HISTORIA PARA CONTAR...
Un día, encontré esta hoja de papel, donde hoy reposan mis pequeñas letras, tirada sobre el césped verde y fresco donde brotaban bellas margaritas y las más lozanas rosas, en medio de la belleza y tranquilidad del campo en el más luminoso de todos los días, estaba tirado este pedazo de lo que un día fue un bello pergamino... y que por descuido y abandono se encontraba arrugado, tirado por ahí a merced del viento, recibiendo la amenaza de la lluvia que la empapara y... destrozara. La observé por un buen rato, la tomé entre mis manos y me di cuenta de que ella y yo éramos una… de que así como la miraba... ¡me sentía...! y de que mi alma estaba llena de arrugas, mi piel pálida, mi cuerpo se sentía cansado y la lluvia que amenazaba acabar con mi lozanía provenía de mis ojos... ¡de mi llanto...!

Hoy he rescatado una hoja de un viejo pergamino, la he tomado entre mis manos con delicadeza y he tratado de borrar sus arrugas con la yema de mis dedos… ¿si la ves cómo se ha puesto de bonita? Ha recobrado su color, y las flores le entregan vida y mis versos le recuerdan que tenemos corazón y que hay vida…

Siento llover mientras escribo esta página, esta vez mi llanto brota como el bálsamo que frota y calma mi ansiedad. Y siento que debo escribirlo y decirlo a sabiendas de que la vas a leer y no lo vas a comprender…

¿Ves las esquinas de mi pergamino hoy rescatado? Hice lo que pude para ponerlas bellas, y recogí un par de margaritas, mi flor preferida, y las puse allí encima para disimular un poco su aspecto de abandono… ¿podrías hacer lo mismo tú conmigo? ¿Podrías levantarme de este lodo y enjugar mi cuerpo con tus besos y devolverle la lozanía a mi piel con tus caricias y… llenarme de luz con tu mirada…? No permitas que el fango derrita mis esquinas, no permitas que tu orgullo arrugue mi alma… ¡Rescátame del lodo, mira que mis raíces aún están vivas y en mis tallos asoman tiernos capullos que podrán convertir tu jardín en una dulce vida!

No te niegues más al amor… El mío es tuyo, mis tardes son las tuyas, en mis amaneceres eres mi primer pensamiento… y en mis noches reposas junto a mí y soy yo quien brinda masajitos a tus pies, a tus ojos, a tu cuerpo agotado por el trajín de tus labores.

Mil veces he prometido no volver a llorar, no escribir más para ti, no llamar… y no lo he cumplido… ¿cómo hacerlo si eres tú quien llena mis noches y mis días y mis soledades y mis hojas de papel? Llenaré más de una hoja con mis versos y en mis letras siempre estará tu nombre… mientras tanto seguiré rescatando vidas de entre el fango para sentir un poco que aún estoy viva…
Laura del mar.


No hay motivos...

Pasan los días raudos por mi vida, llega la noche y la luna queda quieta y las nubes aleladas detienen su rodar... el viento ya no susurra tus palabras, la noche no trae tu aroma, ni brilla el lucero; ese... el lucero de tus ojos... en mis ojos...

Mi cuerpo extraña el calor que le brindabas, mis manos, las extiendo y... ¡están vacías...! Mis labios, hoy resecos sin el roce de los tuyos...

Siento que la noche ya no aroma a noche; que el viento ya no enreda mis cabellos y siento aquí... ¡vacío...! ¡hueco...! ¡frío...!

Cavilo silenciosa, deseando lanzar un grito uno tan fuerte que traspase las montañas, que atraviese la sabana y se cuele en tu ventana y resuene con fuerza tumbando la pared... que has levantado para mí...

Callo... Cavilo... Recuerdo...

¡Ya no estás...! Y no estarás... ni a gritos has de escuchar el palpitar acelerado de mi corazón, ni el llanto de mis ojos derretirá tu hielo, ni la pena de amarte y no tenerte derrumbará el muro que separa nuestras vidas.

Ya no estás... para mí no hay motivos de celebrar un 14 de febrero... Lo dejo a quienes aman y son correspondidos. Lo dejo a quienes sienten en pareja erizar su piel con solo el sonido de un nombre... de una voz. Lo dejo a quienes comparten la suerte y la alegría de tener motivos de reír y ser feliz...

Lo dejo para aquellos que disfrutan de caricias y ternuras; que envían rosas y dibujan corazones atravesados por estrellas y escriben el nombre amado en cada pétalo de rosa y, a escondidas, lanzan suspiros al viento y cuentan las horas para un nuevo encuentro.

Lo dejo para aquellos que caminan tomados de la mano, intercambiando en sus miradas chispitas de amor... Así... Como yo caminaba junto a ti... inundados mis ojos de tu luz...

Sin ti a mi lado... no hay motivos de un 14 de febrero...
Laura Margarita


INFARTO.

Qué tan lejos estaba yo de los actos soberbios y vengativos que habías trazado en tu corazón.

Las secuelas de tu traición llegan a chorros y se cuelan en mi ser, ellas han sido como el láser que sana aquellas llagas que tu desprecio dejó en mis venas, en mi sangre, en mi piel.

Has entrado en el arcón de mis confidencias a profanar la cerradura, aldaba de secretos que solo a quien se estima demasiado se entregan.

Has violentado mis oídos, mi olfato, mi cuadro visionario y el aroma de todo aquello que comprendía ser tuya y sentir que un día fuiste mío.

Divulgaste un pasado que no me avergüenza, que no me lacera, que no me lleva a bajar la cabeza y hacer venia ante nadie.

Abriste las rejas de un secreto que era mío y que entregué a tu silencio pensando en que serías el guardián protector de una vida que me hace grande en el transcurrir de cada paso dado en avanzar y tratar de ser esa gaviota que vuela diferente.

Has puesto en manos malévolas y mordaces cada una de mis palabras, entregaste mis letras y mi vida a seres invadidos de odio y amargura, la misma que llevas ahora enterrada a tu vida cual daga ordinaria que oxida y degenera aquella imagen de caballero que un día se tuvo de ti.

Y las palabras rodaron de aquellas almas marchitas, hasta otras y otras y medio mundo las ha tenido y las ha deformado a su manera hasta convertirse hoy en una turba que llega y arrasa con sentidos y miradas.

De comentarios malintencionados, de críticas y señalamientos hacia mí, de eso, por fortuna el camino y las piedras con las que tropezado me han prevenido y con ellas, he levantado una muralla que obliga a rebotar cada una de las infamias cometidas.

De los "amigos" perdidos nada lamento puesto que si lo hubiesen sido seguramente la espalda no mostrarían el día de hoy. De las lenguas viperinas, encontrarán un día las espinas que quisieron clavar en mi entraña y su dolor será doblemente más profundo que el mío.

Pero hay algo que aún sangra en mi adentro y eres tú, tu traición y la infidencia que has cometido. Esa es la única parte dolorosa de este cuento, el saber que fuiste tú quien dio vuelo a tanta miseria desatada.

Sé que lo hiciste porque eres un ser débil que camufla sus debilidades tras la apariencia bonachona de un hombre digno. Cobarde, eso demuestras en cada escena que has venido actuando desde hace un par de años, y me aterro al comprobar que lo comprendo, que me solidarizo contigo y siento piedad hacia ti, puesto que solo los seres bajos como tú viven esa doble vida entre hipocresías y remilgos, entre el tener que llegar a entregar un estímulo para ser bien aceptado en sociedad.

Hoy, después de digerir por unas cuantas semanas tu perfidia, me despojo del sentimiento noble que un día invadió mi vida, se me baja el velo que te consideró el más noble Caballero, el más fiel a sus creencias, a la figura que tus antepasados irradian y que tú has pisoteado con actos de venganza.

Hace un par de meses me hacías el amor… y tus besos parecían acariciar mis sueños y tus caricias eran el alimento de mi esperanza… ¡Ah!, qué perfidia… me hacías el amor mientras enterrabas tu puñal y escupías en mi honor. Hoy… eres sombra que ronda tras los panteones del camposanto en el que he sepultado cualquier sentimiento que me ataba a ti.

Como a los muertos de mi vida, te recuerdo porque decir olvido sería mentir y guardo luto por la pena que me causa el comprobar que eres una sombra más… y que estás labrando el destierro que mereces, allí hacia donde los amigos ni siquiera levantan la mirada, porque cuando ya no te quede nada, me vas a recordar.

No sé si responda tu llamado, si vuelva a extender mi mano como en aquellos días en que tu vida era una maraña de pesares, antes de convertirte en el benefactor de fariseos y de Judas que te besan las rodillas tras una dádiva lisonjera que botas porque hoy puedes… ¿Y mañana? ¿Estarán ellos allí, dónde yo siempre estuve en aquel ayer que parece se te olvida?

Ante la tumba de nuestro pasado, dejo rosas en señal de perdón, más no de olvido…
Laura del mar.
Algunas cartas recibidas...

Mi querida amiga y poeta, Laura del Mar:

No ha muchos días que leía algunas palabras tuyas, platicándome de tus cuitas, y ve... ahora el triste soy yo, y sabes no me entristece nada en concreto y mucho en si, es volumen de palabras, sofocadas por el estertor de un moribundo beso.

He recibido el mensaje que me has dejado en el post de amigo secreto:

"J: por favor, no quiero que estés triste, Navidad es una época difícil de añoranzas, a pesar de la algarabía, la música, los regalos, se nos llena el alma de melancolía, pero hay que tratar de pasarla bien a pesar de todo. Mira que al Niño Dios no le ha de gustar verte así de apesadumbrado.

¿Será que puedo hacer algo para verte sonreír...? Se que las cosas materiales, no son lo más importante en la vida, por lo menos para mí hay otras cosas espirituales y muy de adentro de nosotros que tiene mucho más valor que cualquier cosa que puedas comprar en el mercado. Prefiero esa sonrisa tuya a la más costosa esmeralda o al vestido más lindo que vista un maniquí... Por favor para esta navidad regálame una sonrisa."

Y te respondo amiga querida:

Me empeñaré sin duda en ello en comer los tamalitos que me dijo Sandra, la torta de Jamón con queso que me dio Ángel, la pierna adobaba que me invita Lilian, la sidra y el atole, el rico mole con romeritos y camarones, ¡ah! y sabes matamos pavo hoy temprano, si hubieses visto a José, es un bandido como tu, él me roba una sonrisa y vos el corazón con los detalles, en este viaje a tu cariño secreto

Y continúo releyendo tu mensaje:

"Ahora que ya sabes quien es tu amiga secreta, pues ya hay que destapar el tequila y levantar el codo para brindar."

Interrumpo para decirte que...

Mira contaremos cuentos de Botero, ¡Ah!, porque sabes me encanta ese señor y sus imponentes obras pictóricas, soy una enamorado de la pintura y del cuento. Iniciaré yo, quieres, con algo así: Había una vez un señor de esos que escriben letras y se parecía tanto a ti, pero antes esta noche de Navidad te voy a llenar de rosas, no habrá espacio vacío en tu hogar, todo, todo, lleno de rosas, primero las verdes, color de la esperanza, un verde pastel, tiernas, llenas de amor, y por supuesto que no falten las rojas, y tu amor se encienda de pasión, veras por ahí en primera plana, las azules turquesa, son como los corales de mis playas de este mar que es igual tuyo, nuestro mar caribe.

Y tu mensaje Laura diciendome:

"Por hoy te dejo descansar, deseando de corazón que hayas sentido la misma felicidad cuando ví tu nombre en mi privado y supe que serías tu..."

Mira que si te portaste bandida, yo loco buscando a ver a quien le toqué de amigo secreto, hasta te dejé este poema..

COMO AMIGA CASI INVISIBLE TE REGALO ESTE POEMA SIN SABER SI SE ENOJE ... POS MI RIVAL

Aún te veo debajo de la mesa
donde almacenabas tus sueños,
Aún corro detrás de ti
buscando tus anhelos,
niña del ovillo despierto
niña del sentimiento bello.

Aún pienso en ti
aún siento tus versos,
y tus consentimientos.

Aún recuerdo las palabras
las que un día me dijiste,
las que hablaban de sueños
y ese sentido verso
que llevaba las caricias,
de tus manos pequeñinas.

Aún leo por la mañanas,
los rayos de luz,
esperando verte aparecer,
convertida en sol,
aún escribo para ti
un verso como hoy.

Más hoy que es Navidad te regalo mi cariño y el del niño Dios, ¡Ah!, porque haz de saber que pusimos un nacimiento como los de antes, con casa de madera y palos de chit, costaneras para cerrar la casa, el misterio, con San José, La Virgen el niñito Dios, los reyes magos, un lago, un pueblito de casas de madera, que fabricamos Jos y Yo, hasta le pusimos patos al lago, bueno de todo, hay, estamos locos, tenemos visitas importantes que atender hoy, pero sabes amiga, nos faltaras tú, y los tuyos, pues nos hubiese gustado que pudieras venir, a pasar este día de navidad a la mexicana, con cánticos, arrullo del niño Dios, aguinaldos llenos de dulces, piñata... dale, dale, dale no pierdas el tino....

Mi Cariño es tuyo
Feliz Navidad Laura... Te desea: J.