BITÁCORA DE LAURA DEL MAR.

Poemas y cartas; náufragos y sirenas.

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CREDO DE SIRENA... Poemas y plegarias.

PLEGARIA.

De nuevo ante ti
rogando permitas desatar mi alma,
arrojar mis sueños, recobrar la calma.

Mirar que renueves en mí la sonrisa
que mi piel recobre pigmentos perdidos
que mi pelo brille y lo enrede el viento
que mis ojos calmen,
que mi rostro no sienta
el llanto rodar…

Te pido de hinojos ¡Señor dame luz!
Recibe mi vida, ¡Ya no más Oh, Dios!


TODO SE DETUVO...
Homenaje póstumo a Rosa Buk,

Nada brillaba, todo estaba opaco,

el aire a silencio sabía
todo estaba frío...
la lluvía bañaba calles y jardines...

Me preguntaba,
¿Por qué el silencio de mi madrugada?
¿Por qué tiembla el aire en ésta alborada?
¿Por qué las campanas parece, cantaban?

El día seguía y yo no entendía,
por qué el pajarillo su voz detenía,
y las avecillas hoy no sonreían.

Miré hacia arriba al cielo infinito,
y unos ojos bellos me brindaban guiños
una boca rosa, algo murmuraba
y una mano blanca ágil se agitaba.

Me quedé pensando ¿Qué es lo que pasa?
Una ráfaga de viento entró en mi ventana
y allí la miré rodeada de rosas...

Hoy los ángeles cantan, ¡El cielo celebra!
ha llegado la Rosa de los vientos bella
un gran recital en su voz declama.

Allí no hay tristeza, ¡Ha llegado ella!
retumban las nubes, cantan las estrellas
¿Miras los luceros? ¿Ves cómo destellan?
Es la poesía que ha llegado al cielo.


MI REFUGIO.

He retirado mi vida a un tibio rincón
me rodea el verde, el agua, y el sol
canturrea el viento junto a mi balcón
las aves saludan cada amanecer
la niebla rodea mi atardecer.

Observo cultivos,
adivino ríos,
las flores me arrullan,
el viento me anima.

¡Qué paz oh Señor!
La del universo,
la de todo esto
que me obsequia el viento
que me extiende el amigo
aunque no termine mi lucha interior.


¡PERDÓN...!


Hoy me inclino ante tí
despojada de materia,
entrego mi alma a tu gloria
me hinco en tu presencia.

Te dejo cada pena de amor,
cada bofetada recibida
te dejo cada intriga y traición
te entrego mi dolor…

Hoy los dejo a tus plantas
aquellos que me hirieron,
que blasfemaron, escupieron,
laceraron y gozaron mi dolor.

Aquí los dejo, uno a uno,
sabes sus nombres y su vida,
los he traído ante tu altar
para ellos … ¡Perdón…!